lunes, 27 de junio de 2011

La fuerza que nos impulsa, enamórate.


La fuerza que nos impulsa, enamórate.
1 Juan 5:1-5
“1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él. 2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos;(A) y sus mandamientos no son gravosos. 4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?”
Es momento de recordar;  vuelve a ese momento en el cual tu corazón latió demasiado rápido, estabas despierto pero soñabas, tu mente volaba pensando en esa persona, así es…vuelve al momento en el cual te has enamorado profundamente de otra persona. Estoy hablando de un sentimiento profundo, un sentimiento que te hacia recordar y suspirar,  un sentimiento que te hacia desear pasar el tiempo rápido para volverla a ver y lento para despedirte. Cuando las personas nos enamoramos, hacemos cosas  por esa persona que no haríamos por nadie más, perdemos el control absoluto de nuestras acciones, ¿no es así?  Te has enamorado, lo sé… y hayas sido correspondido o no, de alguna manera buscas llamar la atención de la persona,  deseas que tus acciones le griten: ¡Me encantas! Es bien sabido entre los dichos populares que cuando uno está enamorado, hace tonterías.
Te pido que recuerdes ese momento, todos lo hemos tenido, ¿cuáles fueron tus locuras?  La primera vez que tuve que dar flores, me moría del miedo… ¿qué tenía que hacer?, ¿qué tenía que decir?, ¿qué se supone que tenía que pasar?... ¿porqué la internet no publica información tan valiosa como para saber: “los 5 pasos efectivos cuando regalas flores”?
¿Ya recordaste esos días?, yo ya, y me estoy riendo de mi; y me pongo a pensar: ¿qué me impulso a atreverme a regalar las flores?, caray….como hombres nos toca lo más difícil, ¿no crees?  ¿Cuál fue la fuerza que me impulso a declararle mi amor? ¿Qué me impulso a escaparme, a mentir, a hacer tonterías que por mi mente jamás hubiera pasado que las haría? Tengo una respuesta clara: el cariño hacia la otra persona, muchos lo llaman amor.
¿Te detuviste a leer lo que Dios nos pide en este fragmento de su palabra? Bien, pues te lo recuerdo: O B E D I E N C I A. Juan nos dice que nuestro amor a Dios se refleja con nuestra obediencia a Dios, y para colmo se atreve a poner que la obediencia no es cosa gravosa. Me hubiera gustado pensar que Juan, estaba enamorado de una muchachona de Éfeso, y no sabía bien lo que escribía. Ustedes saben, el amor te quita coherencia. El problema: Juan ni estaba enamorado de una muchachona, y estaba en sus 5 sentidos. Permítanme enviarle un mensaje a Juan: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Que te ocurre!!!!!!!!!!!!!!!!  
Bien pueden decirme que en distintas partes de la Biblia Dios pide santidad y obediencia, ok…lo acepto, pero Juan habla de vencer al mundo. Seguramente no fue a la secundaria, preparatoria o universidad, vencer al mundo….vencer al mundo….vencer al mundo. Juan habla de la maldad, del pecado, de los deseos; nos está  diciendo: “puedes ser diferente, no tienes que parecerte a ellos, inténtalo… ¡vencerás!”. No sin omitir  su palabra: sus mandamientos no son “gravosos”. Yo le respondería: “Juan, mira…yo entiendo tu postura, eres apóstol. Pero en mi escuela toda dicen groserías, es una costumbre confiar en el conocimiento ajeno (copiar); Juan…Dios me pide honrar y obedecer a mis padres, ¿te has dado cuenta como son? Ser honesto, justo, amoroso, leal, fiel, recto….Juan, eso no está muy de moda; la corriente te lleva y cuando menos te das cuenta…estas en dirección a la corriente. Tienes que conocer un sistema de navegación poderoso en verdad, para andar pidiendo semejante cosa”.
Ahora recuerdo porque amo a Dios, el me amo primero. No me envió flores, transformo mi vida. No me invito al cine, me invito a unirme a un movimiento de amor. Empezó a  escribirme una carta especialmente para mi hace mas de 3,000 años, donde me describe todo lo que ha hecho para conquistarme. Él también hizo locuras por amor, permitió que lo escupieran, que se burlaran de él, soporto golpes con un palo en su cabeza. Acepto cambiar la corona más hermosa por una de clavos, soporto los clavos, murió por mí. Me conquistó.
CUANDO CRISTO ESTABA EN LA CRUZ, TÚ ESTABAS EN SU MENTE.
Ahora te entiendo Juan, no se trata de mí; se trata de Él. Dios quiere que le demostremos nuestro profundo amor a través de la obediencia, y para eso nos ha dotado de fuerza para lograrlo: su amor y su compañía. Dios todos los días hace cosas para seguir conquistándote, las veas o no. Te voy a pedir una cosa… ¡enamórate de Él todos los días! Si necesitas fuerza para ser diferente, para ser obediente a lo que Él nos pide, solo recuerda todo lo que ha hecho por ti, que su amor sea tu combustible. Estamos de acuerdo que estando enamorados hacemos locuras, te tengo una noticia: ¡¡¡si te enamoras de Jesús, puedes hacer locuras!!! ¿No es una locura en el mundo dar amor cuando te han dado desprecio u odio?, ¿no es una locura ser honesto, obediente, justo, amoroso?
Para terminar te pido que cheques el versículo 5, el hijo de Dios se hizo por amor como tú y como yo, el sabe lo que es el dolor, sabe lo que es el hambre, y sabe lo que es ser tentado y decidir entre obedecer y no obedecer. Dicho en otras palabras: te entiende. Así que levántate con la fe de que Él mero mero esta a tu lado, sabe lo que estás pasando, va a un lado tuyo y te dice: ¡Si puedes, yo estoy aquí, contigo!”